martes, 23 de agosto de 2011

Fray Mocho

José  Sixto Álvarez, más conocido como Fray Mocho muere en Buenos Aires un 23 de agosto de 1903.
Había nacido en Gualeguaychú en 1858.



Periodista y narrador argentino que dio amplitud a la literatura costumbrista, tanto en las descripciones rurales como en los cuadros urbanos, y en agudas viñetas reflejó el habla popular porteña de principios del siglo XX, como testigo de los efectos de la modernización y el crecimiento demográfico.
Estudió en el prestigioso Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, donde inició su actividad periodística. A los veintiún años se trasladó a Buenos Aires; colaboró con El Nacional, La Pampa, La Patria Argentina, La Nación y La Razón, pero no tuvo éxito con la edición de la revista humorística Fray Gerundiode la que fue fundador. Su primera obra fueEsmeraldas, cuentos mundanos (1885).
El cargo de funcionario y cronista policial le permitió observar los tipos del hampa porteña, que trasladó a numerosas narraciones: Galería de ladrones de la Capital (1880-1887) y Vida de los ladrones célebres y sus maneras de robar (1887). En su única novela,Memorias de un vigilante (1897), elogió la institución policial. Publicó las descripciones regionalistas Un viaje al país de los matreros (1897) y En el mar austral;Croquis fueguinos (1898), fue escrita sin conocimiento directo de la región.
En 1898 fundó la revista Caras y Caretas, que dirigió durante los cinco años siguientes y en la cual popularizó sus semblanzas festivas, firmadas con el seudónimo de Fray Mocho. La publicación tuvo enorme popularidad en Argentina durante las primeras décadas del siglo XX. Álvarez usó también otros apodos, como Nemesio Machuca o Fabio Carrizo.
Estas producciones fueron compiladas póstumamente en Cuentos de Fray Mocho (1906), que se reeditaron en muchas ocasiones, y Fray Mocho desconocido (1979), que reúne la totalidad de los cuentos y las viñetas aparecidos en la revista. En las variaciones del lenguaje coloquial y las formas de conducta de los personajes, Álvarez supo captar el carácter ridículo de ciertas convenciones sociales.

Podés encontrar sus letras en nuestra casa.
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